La mayoría de los accidentes durante el senderismo ocurren durante el descenso, no durante la subida. La fatiga acumulada, la disminución de la atención y un terreno engañosamente resbaladizo hacen que esta fase sea la más peligrosa. En países como España, donde el senderismo es una actividad muy popular en zonas montañosas como los Pirineos, Picos de Europa o Sierra Nevada, se han incrementado las campañas de concienciación sobre el descenso seguro. Con la llegada del buen tiempo y el aumento de excursionistas en primavera y verano, es vital conocer y aplicar las técnicas correctas para evitar lesiones. Además, los servicios de rescate han reportado un 15% más de incidencias en descensos entre 2023 y 2024, especialmente entre senderistas sin preparación específica. Aprender a bajar de manera eficiente no solo mejora tu experiencia, sino que también puede salvar tu vida.
Evalúa tu condición antes de iniciar el descenso
Antes de comenzar la bajada, tómate un momento para evaluar tu estado físico y mental. ¿Estás demasiado cansado? ¿Sientes que tus piernas tiemblan? Bajar con fatiga extrema aumenta significativamente el riesgo de lesiones, especialmente en las rodillas y tobillos. Un breve descanso, hidratación y un pequeño refrigerio pueden ayudarte a recuperar la energía necesaria para el descenso. Es recomendable también reajustar tu equipamiento, aflojando un poco la mochila si lo necesitas y asegurando bien tus bastones o calzado.
Consejos oficiales de seguridad
Usa técnicas adecuadas de pisada y balanceo
Durante la bajada, el control del cuerpo es esencial. Coloca primero la parte delantera del pie y no el talón, especialmente en descensos empinados. Mantén las rodillas ligeramente flexionadas y el torso inclinado ligeramente hacia adelante. Utiliza bastones de senderismo para descargar el peso de las rodillas, ajustando su longitud a unos 5-10 cm más largos que en la subida. Evita pasos largos o bruscos que puedan provocar deslizamientos. En terrenos sueltos o con grava, siembra los pies firmemente y prueba el suelo antes de trasladar el peso completo.
Mantente atento a la ruta y al entorno
La bajada no es momento para relajarse completamente. Es común que las personas bajen conversando, mirando el móvil o simplemente bajen la guardia. Mantén la vista unos pasos adelante del camino para prever obstáculos como raíces, piedras sueltas o pendientes inesperadas. Si estás en grupo, deja suficiente espacio entre personas para evitar tropiezos por frenos bruscos. Además, si el terreno es muy técnico o húmedo, considera bajar de espaldas en zonas cortas o usar las manos para mayor estabilidad.
Ajusta tu ritmo a las condiciones del terreno
Un error común es querer bajar rápido para llegar antes. Sin embargo, cada tipo de terreno requiere un ritmo diferente. En terreno pedregoso o húmedo, modera tu velocidad y si es necesario, haz pausas frecuentes. Escucha a tu cuerpo: si empiezas a notar dolor en las rodillas o fatiga muscular, reduce el paso. El descenso es más seguro cuando se realiza con paciencia y conciencia de cada movimiento. Además, usa calzado con buen agarre y revisa su estado regularmente.
Planifica el descenso con antelación
Antes incluso de comenzar la ruta, ten claro cómo y por dónde vas a descender. Consulta mapas, aplicaciones de montaña o señalización en el lugar. A veces, hay alternativas más seguras aunque sean más largas. Evita improvisar caminos o atajos que no estén señalizados. Si es posible, inicia la bajada con suficiente luz solar restante. Llevar un frontal en caso de retrasos es una buena práctica. Recuerda que un descenso bien planificado reduce la posibilidad de perderse o de tomar decisiones precipitadas.
Aprende primeros auxilios básicos y lleva un botiquín
Nunca se sabe cuándo se puede necesitar asistencia médica en la montaña. Tener conocimientos básicos de primeros auxilios puede marcar la diferencia ante una torcedura, corte o mareo durante el descenso. Lleva siempre un pequeño botiquín con lo esencial: vendas, desinfectante, esparadrapo, analgésicos y una manta térmica. Además, no está de más tener un silbato y un teléfono con batería suficiente. Algunos accidentes menores pueden solucionarse si estás preparado, evitando tener que activar un rescate innecesario.
Curso básico de primeros auxilios
Consejos finales para una bajada segura
Disfrutar de la naturaleza implica también respetar sus ritmos. La bajada es parte de la experiencia y debe vivirse con la misma atención que la subida. Valora tu estado físico, ten siempre presente el entorno, respeta los tiempos y no subestimes la importancia de estar preparado. Recuerda que el objetivo es regresar a casa sano y con ganas de volver a explorar otro sendero. Así tu pasión por el senderismo se mantendrá segura y duradera.
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